Miguel Tantos Sevillano nació y creció en Tudela, donde asistió al Colegio Griseras y posteriormente al Instituto Benjamín de Tudela. Simultáneamente, se formó en el Conservatorio Fernando Remacha, lugar que sería el inicio de su prometedora carrera musical. Durante su juventud, Miguel no solo desarrolló una pasión por la música, sino que también disfrutó de actividades como el baloncesto, el ciclismo y la salsa. "Mi cuadrilla, que en su mayoría está formada por músicos, se formó en La Banda de Tudela, y hemos mantenido una amistad estrecha a lo largo de los años", cuenta con nostalgia.
El gran salto
En 2004, a los 24 años, Miguel decidió ampliar sus horizontes y se trasladó a Londres para estudiar en la prestigiosa Guildhall School of Music and Drama. Lo que comenzó como un plan de un año de máster se transformó en una estancia de tres años, hasta abril de 2007. Su talento y dedicación lo llevaron a conseguir una plaza en la orquesta de la ópera de Santiago de Chile, donde residió hasta 2009. "Tras dos años en Chile, regresé a Londres, donde me establecí definitivamente", recuerda Miguel.
Una carrera brillante
Desde su regreso a Londres, Miguel ha trabajado como músico freelance, colaborando con algunos de los grupos y orquestas más prestigiosos de Europa. Su talento lo ha llevado a actuar en algunas de las salas de conciertos más renombradas del mundo, como la Philharmonie de Berlín, el Carnegie Hall de Nueva York, el Musikverein de Viena, el Palacio de Versalles y el Concertgebouw de Ámsterdam. Uno de los momentos más destacados de su carrera fue tocar en la coronación del rey Carlos III de Inglaterra, un honor que pocos músicos pueden reivindicar.
Vida familiar y profesional en el Reino Unido
En Londres, Miguel ha formado una familia junto a su esposa Ellie Douglas, con quien se casó en 2008. Tienen dos hijos, Julen de 11 años y Amaya de 9 años. A pesar de la distancia, Miguel ha mantenido un fuerte vínculo con Tudela, regresando al menos 3 o 4 veces al año para reconectar con su familia y amigos. "Mi familia y mi círculo de amistades en Tudela son fundamentales para mí, y por eso necesito estar allí tanto tiempo como me es posible", explica.
El espíritu de Tudela
Para Miguel, vivir y ser de Tudela significa ser parte de una comunidad acogedora y vibrante. "Crecer en Tudela fue muy positivo por el cariño de sus gentes y por su rica historia, llena de personalidad y carácter", reflexiona. Esta conexión profunda con su ciudad natal ha influido significativamente en su forma de ser y en su amor por la música. "A lo largo de mi vida, he llevado conmigo los valores y las tradiciones de Tudela", añade.
Conexión con la Ribera
Miguel aprecia profundamente la calidad de vida y el ritmo pausado de Tudela y la Ribera, aspectos que contrastan con la vida en las grandes ciudades. "En Tudela, la gente valora el día a día, la calidad de vida y el disfrutar de cada momento", señala. Esta reconexión con lo esencial es una de las razones por las que vuelve tan a menudo.
Uno de los eventos que casi nunca se pierdo es la Bajada del Ángel en Tudela, una tradición muy querida. "También recuerdo con cariño el Día del Cristo, donde me encantaría comerme la culeca, aunque desafortunadamente nunca consigo estar por aquí por esas fechas", lamenta. "Las Fiestas de la Verdura de Tudela me gustan mucho también. Además, si coincide que estoy por aquí, me gusta asistir a las fiestas de otros pueblos donde tengo amistades, como Ribaforada, Tarazona, Murchante o Barillas. Estas celebraciones me permiten mantenerme conectado con amigos y disfrutar de las diferentes tradiciones locales", añade.
Las Fiestas de Santa Ana
Miguel nunca se pierde La Revoltosa durante las Fiestas de Santa Ana y disfruta especialmente de la hora del vermú. "Voy de peñas con amigos y músicos, donde compartimos momentos únicos y música en un ambiente festivo", dice con entusiasmo. Además, participa en la novena a Santa Ana, una tradición que tiene un significado especial para él. "Es una oportunidad para recordar a dos grandes amigos y músicos, Marta González y Javier Abad, que ya no están con nosotros", comenta con emoción.
Ser el Tudelano Ausente
El reconocimiento como Tudelano Ausente 2024 es un honor que Miguel Tantos Sevillano recibe con gran ilusión. "Me emociona que se me homenajee de esta manera. Representa que, a pesar de que uno tenga que emigrar y vivir fuera de su tierra, es posible mantener intacto el cariño a su ciudad y mantener el vínculo con ella", expresa. Este título no solo refuerza su conexión con Tudela, sino que también celebra su éxito y dedicación en su trayectoria musical.
