Prestar dinero a amigos, familiares o pareja es un acto de confianza. Sin embargo, cuando las relaciones se deterioran, recuperar ese dinero puede convertirse en un verdadero desafío. En este artículo, la abogada Doña Olaia Ustarroz Aranguren, miembro del Bufete Iribarren Abogados, nos informa sobre cómo protegerte legalmente al realizar préstamos a personas cercanas y qué hacer si te enfrentas a un impago.
¿Es necesario formalizar un préstamo entre particulares?
Aunque el contrato de préstamo entre particulares permite la libertad de forma, ya sea verbal o escrita, formalizarlo por escrito es crucial. Un acuerdo verbal es legalmente válido, pero carecer de un documento que respalde el préstamo puede complicar su recuperación, especialmente si la relación personal se rompe y se quiere acudir a la vía judicial. La prueba sería más compleja y se necesitarían testigos, facturas, recibos, etc.
Es recomendable que este contrato, ya sea privado o público, incluya detalles como la fecha y lugar del acuerdo, las partes involucradas, el importe del préstamo, el plazo de devolución y cualquier interés acordado. Aunque en relaciones afectivas y familiares lo habitual es no estipular intereses, contar con un contrato escrito no solo previene malentendidos, sino que también protege a ambas partes en situaciones como el fallecimiento del deudor. En tal caso, la deuda no desaparece, sino que se transfiere a los herederos, quienes deberán asumir la obligación según la partición hereditaria, garantizando así que el prestamista o sus herederos puedan reclamar lo adeudado.
Además, formalizar un préstamo en un documento, ya sea público o privado, facilita el cumplimiento de las obligaciones fiscales. Aunque los préstamos entre particulares están exentos del impuesto sobre transmisiones patrimoniales, es necesario registrarlo y liquidar el impuesto utilizando el modelo 600 en la oficina liquidadora de la Comunidad Foral de Navarra. Esto no solo cumple con la normativa fiscal, sino que también proporciona una prueba adicional del préstamo en caso de que sea necesario reclamarlo en el futuro.
¿Qué otras alternativas tengo además de firmar un contrato entre particulares?
Es importante no confundir el reconocimiento de deuda con el contrato que originó la deuda. Mientras que el reconocimiento de deuda se utiliza para confirmar la existencia y exigibilidad de la deuda, el contrato establece los términos y condiciones de la misma, como el monto, plazos de pago, intereses, entre otros. Son dos documentos distintos pero complementarios.
Firmar un reconocimiento de deuda implica que el deudor confirma su compromiso de cumplir con la obligación, sin posibilidad de retractarse posteriormente alegando problemas con el acuerdo original. Solo en casos muy específicos se permite que el deudor se oponga a este reconocimiento. Se trata de un acto unilateral por el cual el deudor reconoce formalmente su obligación de pagar una cantidad adeudada al acreedor. Es importante entender que este documento no establece obligaciones mutuas entre ambas partes; solo el deudor declara su obligación de pago.
¿Es necesario elevar el contrato a escritura pública ante notario?
Aunque no es obligatorio, se recomienda elevar el contrato de reconocimiento de deuda a escritura pública ante notario. Esta opción brinda mayor seguridad jurídica y facilita el proceso en caso de incumplimiento.
¿Es válido un reconocimiento de deuda en WhatsApp?
La justicia ha sido tradicionalmente cautelosa en cuanto a la admisión de pruebas obtenidas a través de nuevas tecnologías, como mensajes de WhatsApp, debido a la facilidad con la que pueden ser manipuladas. Sin embargo, esto no significa que un reconocimiento de deuda expresado a través de WhatsApp sea automáticamente inadmisible en un proceso judicial.
Para que un mensaje de WhatsApp sea aceptado como prueba, es necesario cumplir con ciertas garantías adicionales que refuercen su credibilidad:
- Conversación exclusiva entre acreedor y deudor: Para evitar cualquier violación del derecho a la intimidad de terceros, el reconocimiento de deuda debe realizarse en una conversación privada entre las partes involucradas. Los mensajes en grupos de WhatsApp, donde participan personas ajenas al proceso, no serían admisibles como prueba.
- Presentación íntegra de la conversación: No es suficiente con presentar solo los fragmentos que favorecen a una de las partes; la conversación completa debe ser aportada para proporcionar un contexto adecuado y prevenir acusaciones de manipulación.
- Claridad y precisión en el reconocimiento de deuda: El mensaje debe ser explícito, detallando claramente la identidad del acreedor y del deudor, la cantidad adeudada, y los términos del pago, como fechas y modalidades.
- Garantía de autenticidad: Es crucial poder demostrar que la conversación es auténtica. Para ello, se recomienda conservar el dispositivo móvil donde se encuentra el mensaje, para que pueda ser aportado en el acto del juicio.
Cumpliendo con estas condiciones, un reconocimiento de deuda hecho por WhatsApp puede tener validez legal y ser admitido como prueba en un juicio.
¿Qué pasa si no se paga un reconocimiento de deuda?
En caso de impago, el reconocimiento de deuda otorga al acreedor el derecho de reclamar el pago a través de la vía judicial. El documento firmado por el deudor sirve como prueba ante el juez, validando la existencia y exigibilidad de la deuda. El tribunal notificará al deudor para que efectúe el pago dentro de un plazo de 20 días o presente sus objeciones. Si el deudor no paga ni presenta alegaciones dentro del plazo establecido, el tribunal procederá a embargar sus bienes para saldar la deuda.
¿Qué debo hacer si no he formalizado ningún contrato y he prestado una cantidad de dinero a un familiar, amigo o pareja?
En caso de que el contrato se haya formalizado de forma verbal, lo más importante es disponer de pruebas como transferencias, recibos, bizums o testigos para poder acreditarlo. Si disponemos de ello, el Tribunal Supremo y la jurisprudencia en general presumen que toda transferencia de dinero entre particulares se considera un préstamo y no una donación, a menos que se demuestre lo contrario. Esto significa que, si alguien recibe dinero, se asume que fue a cambio de una obligación de pago, no como un regalo gratuito, por lo que la otra parte queda obligada a su cumplimiento.
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