El Ayuntamiento de Tudela ha presentado alegaciones formales al Gobierno de Navarra para detener la ejecución de la fase 2 del proyecto de la depuradora ubicada en el paraje El Tamarigal, en el término de Mosquera, a 1,5 kilómetros de la ciudad. Este proyecto, que incluye una Planta Centralizada de Fangos y una Planta de Biometanización, ha sido declarado “inviable” por el consistorio debido a que los terrenos en los que se pretende ubicar son suelos no urbanizables de alta productividad agrícola y de protección, lo que lo hace incompatible con la normativa vigente.
El alcalde de Tudela, Alejandro Toquero, ha informado que las alegaciones han sido remitidas al consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra. En ellas, el Ayuntamiento subraya que el proyecto no tiene encaje legal en las competencias municipales, ya que las actividades proyectadas están prohibidas en suelos de protección. Según establece el artículo 21.2 del Texto Refundido de la Ley del Suelo de 2015 y el artículo 92 de la Ley Foral de Ordenación del Territorio y Urbanismo (TRLFOTU), este tipo de instalaciones no son autorizables en suelos de estas características, al igual que lo prohíbe el Real Decreto 665/2023, que regula el Dominio Público Hidráulico.
Un problema insalvable de ubicación
El informe técnico del Ayuntamiento concluye que la ubicación es un “problema insalvable”. La normativa del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Tudela limita los usos no agrícolas en suelos de alta productividad a un 3% de la superficie catastral de la parcela. En este caso, el proyecto supera ampliamente este porcentaje, lo que ya supone una infracción de las normativas locales. A esto se suma que el proyecto se encuentra en una zona de protección por riesgo de inundación, a tan solo 50 metros del río Ebro, lo que incrementa las posibilidades de impacto ambiental negativo, tanto para la ciudad como para su entorno natural.
Además, el informe técnico alerta sobre el gran volumen de tráfico pesado que generaría la planta al centralizar el tratamiento del 40% de los fangos urbanos de Navarra. Esto, sumado a la falta de previsión para la instalación de una Planta de Secado de Fangos, aumenta los problemas logísticos y ambientales derivados del transporte continuo de estos residuos.
Impacto ambiental y riesgos asociados
El Ayuntamiento también expresa su preocupación por las posibles afecciones a las aguas subterráneas y al río Ebro debido a las emisiones de nitratos, tanto por los residuos generados como en caso de inundación. El proyecto no contempla un plan específico de gestión de nitratos, lo que es especialmente preocupante dado que los terrenos se encuentran en una Zona Vulnerable a la contaminación por nitratos, identificada en las masas de agua subterránea del Aluvial del Ebro.
Asimismo, el proyecto incumple el Plan Director del Ciclo Integral del Agua de Uso Urbano de Navarra 2019-2030, que aprobó una alternativa diferente a la actualmente proyectada. Mientras que el plan original preveía tres puntos de tratamiento de lodos en Navarra (Arazuri, Tudela y Cárcar), la alternativa ahora en marcha pretende centralizar el tratamiento únicamente en Tudela y Arazuri, lo que supone una concentración de los impactos ambientales en zonas cercanas a grandes núcleos urbanos y en áreas naturales protegidas.
El informe señala que el proyecto debería haber sido sometido a una Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) ordinaria, ya que no se trata de una mera ampliación de la actual depuradora, sino de la creación de nuevas infraestructuras de gran tamaño. Este tipo de evaluación es necesaria debido a la magnitud del proyecto y a la suma de sus impactos ambientales. El Ayuntamiento critica que el proyecto se haya fraccionado en varias fases para facilitar su aprobación, un procedimiento que consideran una “ocultación deliberada” de los verdaderos efectos ambientales acumulativos de la planta.
Incompatibilidad con el Plan Municipal y otras normativas
Desde el punto de vista urbanístico, el informe señala que los terrenos afectados están calificados como suelos no urbanizables de alta productividad agrícola y, además, están protegidos por su valor ambiental. En esta área, la normativa local prohíbe las construcciones o actividades que puedan deteriorar el ecosistema fluvial, un criterio que el proyecto no cumple. Además, las parcelas están dentro del Eje del Ebro (POT-5), una zona de especial protección fluvial.
El Ayuntamiento también destaca la incompatibilidad del proyecto con el Reglamento del Dominio Público Hidráulico, que prohíbe nuevas construcciones en zonas de flujo preferente, como es el caso de los terrenos donde se pretende desarrollar la planta. Cualquier excepción a esta norma requiere la autorización de la Confederación Hidrográfica del Ebro, lo que aún no ha sido tramitado.
Alegaciones de otros colectivos y solicitud de denegación
El Ayuntamiento no está solo en sus reclamaciones. Asociaciones ecologistas como la Fundación Sustrai Erakuntza y Landazuría-Ecologistas en Acción de la Ribera han presentado alegaciones similares. En sus escritos, las entidades critican que el proyecto se haya fraccionado en fases para eludir una evaluación ambiental más rigurosa y cuestionan su sostenibilidad a largo plazo, dado el gran volumen de residuos que se generarán y el impacto que tendrá sobre el entorno natural de Tudela.
Ante esta situación, el Ayuntamiento de Tudela solicita al Gobierno de Navarra la denegación de la Autorización Ambiental Integrada del proyecto y el archivo del expediente. Considera que, tanto desde un punto de vista urbanístico como ambiental, el proyecto no cumple con las normativas vigentes y supone un riesgo importante para el entorno de Tudela y el río Ebro.
