Dos versiones
Unas cuantas jugadas polémicas para ambos equipos, entre ellas un penalti y una doble tarjeta amarilla, con sus consecuentes protestas al árbitro, fueron los ingredientes necesarios para crear la suficiente tensión como para que jugadores, técnicos, directivos y público acabaran en el terreno de juego “a tortas”. La gota colmó el vaso en el momento que el Calatrava consiguió el empate a dos, mientras uno de los jugadores del Fontellas permanecía en el suelo (una situación que se repitió a lo largo de todo el encuentro, con dudas de si echar el balón fuera o no por parte de los dos conjuntos).
En Fitero afirman que nada más encajar el gol, “el banquillo del Fontellas salió disparado a por el jugador que había marcado, los nuestros detrás y allí se organizó la de Dios padre”, explica el presidente del Calatrava, Luis Alecha, después de recabar información entre los miembros de su club, ya que él no estuvo presente en el tramo final del encuentro. Desde Fontellas desmienten estas declaraciones: “los que primero saltaron fueron sus jugadores, su entrenador y gente que había en las gradas, otros jugadores sustituidos y expulsados y público. Nosotros les seguimos”, indicaba su delegado Tomás Carcavilla.
Finalmente el partido fue suspendido por el colegiado Lozano Gutiérrez a falta de quince minutos, señalando en el acta que ambas aficiones invadieron el terreno de juego, donde se organizó una batalla campal. Ahora sólo queda esperar a la decisión del comité disciplinario, al que sendas entidades van a remitir sus propios informes sobre lo ocurrido.
