Opinión

Un plan de ciudad

La modernización de una ciudad como Tudela, o de una comarca como la Ribera, depende de tres aspectos, del tipo de desarrollo que se quiera, de la estrategia que se adopte y de la calidad del liderazgo social y político que lo promueva. De estas cuestiones depende nuestro futuro, pero pocas veces se explicitan o debaten en los medios (Tudela necesita una opinión pública más sólida, aunque algo está mejorando), y como consecuencia nuestro desarrollo avanza con lentitud, sin que la histórica brecha con Pamplona apenas consiga reducirse.

Por iniciativa propia, el Ayuntamiento de Tudela nunca ha elaborado un Plan Estratégico para la ciudad, herramienta indispensable desde hace años para cualquier organización, empresa o institución de cierto nivel. Vamos con retraso. Con UPN venimos funcionando sin estrategia municipal y a remolque de los acontecimientos, a merced de las iniciativas privadas y bajo la tutela de Pamplona. Menos mal que la ley actual obliga a que la elaboración de un nuevo Plan General Municipal, como el que Tudela va a iniciar ahora, comience con un Plan Estratégico. Tendremos ocasión por fin de definir, y esperemos que con amplia participación ciudadana, el modelo de desarrollo y de ciudad que queremos.

Entrando ya en ese debate, pienso que Tudela debería representar un proyecto colectivo de futuro que, basado en una economía competitiva, un desarrollo sostenible y una sociedad cohesionada, contase con la participación de sus ciudadanos, sus asociaciones y sus empresas en favor de la calidad de vida de todos sus habitantes.

¿Podemos avanzar hacia un objetivo tan ambicioso? Desde luego que sí, siempre que contemos con el liderazgo adecuado y nos pongamos de acuerdo en las estrategias más idóneas. Si nos unimos y organizamos como ciudad, Tudela puede dar un salto cualitativo y jugar el papel que le corresponde en la Ribera y en Navarra. ¿Cómo? Acertando a superar nuestras tres debilidades históricas y convertirlas en ejes estratégicos: las infraestructuras logísticas y de comunicaciones, el nivel formativo de los ciudadanos, y la calidad urbana de la ciudad.