Opinión

Discusiones de verano

En la época estival es de sobra conocido por todos que las parejas no sólo discuten, sino que se ha dicho muchas veces y obedece al reflejo de la realidad, que a la vuelta de las vacaciones los divorcios crecen. Pero los últimos porcentajes recogidos asustan un poco, se dice que un 80% de las parejas discuten en las vacaciones, y el desencadenante se dice el mismo, el exceso de tiempo juntos, demasiado tiempo compartido.

Pero en los tiempos que corren es importante escarbar hasta el fondo del asunto, porque correr tiempos que no podemos estar juntos con los nuestros. Cuando tenemos tiempo, lo empleamos para regañar, y es que parece que a día de hoy está muy de moda reñir, mucho más de moda hacer la guerra que amar.

Los niños discuten, los abuelos discuten, las parejas discuten, los amigos discuten, los vecinos discuten. “Todos” se encuentran tan tensos que saltan a la menor, a la mínima contrariedad, estalla la pólvora.

Los niños, diciendo un constante “me aburro”; el calor, las cervezas que te tomas, o las que no; los pescaditos o las pizzas, la playa o la piscina, todo se convierte en discusión, cuando debería de ser disfrute, ser motivo de felicidad, puede llegar a convertirse en la época más deseada de olvidar.