Opinión

De reyes y Fundaciones

Se leía en Tudela hace años en el Casco Antiguo una pintada brillante, “los Reyes, para el Mus”. Y la realidad cotidiana del día a día que estamos padeciendo no hace sino reforzar la afirmación y armar de razones la lógica que cuestiona con rotundidad una “institución” medieval que no tiene sentido ni cabida lógica en una democracia ni una sociedad del siglo XXI.

Para colmo de males, nuestro ‘campechano’, aún lejos, ha vuelto a hacer una de las suyas. Y sólo el hecho de que se atreva a plantearla, da muestras de la desvergonzada forma en que aún se tratan las cosas importantes en España. 

Ahora, Juan Carlos I, estudia montar una Fundación, un chiringuito más, pero no para invertir el dinero ganado inteligente y filantrópicamente como hacen los que manejan, sino para que las ‘Infantas de España’, -es decir, sendas hijas-, puedan llevarse su parte, cuando falte el simpático negociante. 

España hizo muchas cosas mal históricamente. Arrastraba un retraso de siglos respecto a Europa y la llegada de esa monarquía no querida según las encuestas, -Suárez dixit-, nos ayudó a salir del ostracismo. Fue un etapa de prosperidad y serenidad que llegó tras el dictador, pero la purga aún necesaria sigue pendiente: Aquella Transición no hizo todo lo que aún falta por hacerse.