Opinión

¿Tudela tiene un color especial?

El libro 'Pintores tudelanos de la Edad Contemporánea' integra a todo color numerosas ilustraciones
photo_camera El libro 'Pintores tudelanos de la Edad Contemporánea' integra a todo color numerosas ilustraciones

A nadie sorprenda el parafraseo de tan conocida canción. Cabe hacerse la pregunta dada la excelsa cantera de artistas de la ciudad "y alrededores" que han sentido la necesidad pictórica de retratar la capital ribera bañada por el Mediavilla, Queiles y Ebro.

Hasta una quincena se recogen en la obra recientemente galardonada con el Premio Biblioteca de Temas Locales Castel-Ruiz que la EPEL Tudela-Cultura tuvo a bien conceder al doctor en Historia del Arte, José María Muruzábal.

Como afirma su prologuista, inédito en estas lides, aunque profundo investigador y conocedor de la ciudad y su entorno, Esteban Orta, esta obra:

es fruto de largos años de investigación y búsqueda en bibliotecas, museos, archivos y casas particulares, que viene a llenar el vacío de trabajos sobre pintores contemporáneos”. 

Y añade:

Tudela debe agradecer a Muruzábal que, con su labor paciente, haya conseguido reunir en este libro una amplia galería de artistas, unos muy conocidos del gran público y otros, olvidados, pero amorosamente rescatados para las nuevas generaciones”. 

También apunta Orta:

No todos los artistas que desfilan por el libro nacieron en Tudela, pero sí tienen en común su profunda relación con esta tierra”.

El número de artistas es considerable. Cierto que pueda ser excesivo considerar a todos pintores, máxime cuando figura, a hurtadillas, un buen caricaturista como José María Iribarren. Un tudelano en una faceta que desarrolló a menudo. La indudable artista madrileña afincada en Pamplona, Pitti Bartolozzi, compañera pregonera de Iribarren, lo comentaba a su muerte así:

«Y además, dibujaba…»

Sí, entre las mil cosas que José María Iribarren hacía, también dibujaba, y por cierto muy bien, con un trazo fuerte, seguro, muy poco corriente entre los no profesionales del dibujo. Le gustaba cuando alguna vez encargó dibujos para sus escritos, dárnoslos explicados en una cuartilla, reforzados, con lápiz rojo.

Todo ello de acuerdo con el modo de ser de un hombre netamente ribero, de lo que él se enorgullecía.

Y con razón.

El libro, en una edición asequible (12 €), integra a todo color numerosas ilustraciones. Porque el arte debe verse más que leerse. Y puedo asegurarles que siendo fundamentalmente paisajistas, cualquier lector apreciará lo que contempla. 

No está cerrada con esta obra la nómina de autores que merecen ser incluidos y contemplados. Al final del libro son mencionadas brevemente muchas figuras vivas y actuales como Javier Sueskun, Charela, Jan Díez, Ismael Loperena, Jesús Miramón, Raúl Gil, Juan Belzunegui, Javier Hernández Soria, Manuel Aramendía, Tomás Muñoz o Carlos López. Sin duda hay otros susceptibles de incluir, como un tal Ignacio Guelbenzu Morte, quizás a veces olvidado en su "exilio" aragonés. 

¡Qué sí! ¡Qué Tudela parece también tener un color especial!