¿Se valora la salud mental en el trabajo?
La salud mental solo quita el sueño a aquellas personas que en su puesto de trabajo se sienten en el “centro del huracán”.
Mientras que unas personas son reconocidas, aplaudidas por sus jefes y compañeros en sus puestos de trabajo, otras son vapuleadas en pensamiento, obra e intención y se les denigra al oscurantismo de lo que hoy se conoce como mobbing u hostigamiento psicológico en el trabajo.
El mobbing tiene buenas y malas noticias. La buena es que se puede mermar el impacto de las flechas envenenadas tomando el suero adecuado. La mala es que no vas a encontrar un entorno proclive a que te crean dado que las malas obras se realizan en el submundo de lo negado.
¿Es una batalla perdida antes de empezar?
Mihaly Csikszentmihalyi, psicólogo húngaro, habla del “reto óptimo” en su libro “Flow” (fluir). El reto óptimo es cuando existe un equilibrio entre la dificultad de una tarea o el reto que supone, y las habilidades del sujeto para resolverla.
Por su parte, Nassim Nicholas Taleb acuña el término: “Antifrágil”.
Taleb dice que hay tres tipos de cosas (situaciones o personas): frágiles, robustas y antifrágiles.
Frágiles son aquellas cosas que aun siendo duras se rompen, una taza de cristal. Robustas son cosas con una apariencia de fuertes que se empequeñecen, una montaña horadada por el agua y el viento. Antifrágiles, que mejoran cuando se les somete a cierto grado de adversidades.
Mientras que una persona resiliente recobra su fuerza después de los contratiempos, una persona antifrágil se optimiza a sí misma (a través de nuevos aprendizajes) y se cualifica mejor para nuevos retos.
Para las personas que enfrentan situaciones de hostigamiento psicológico en el trabajo: “No gana el más fuerte sino el más antifrágil”.
