La virgen y san José
llegan a la Plaza Nueva
y se instalan en los porches
porque la noche está fresca.
Ante un portal, con el niño
en su regazo, se sienta
la madre, mientras lo mece
para que el chaval se duerma.
San José saca el tambor
y la virgen canturrea,
sonríe la criatura
y sus ojillos se cierran.
Llegan los municipales,
en la mano la libreta
a requisar el tambor.
Ya es Navidad en Tudela.