Tudela

El Señor Tomás, un legado de humor que perdura en Tudela

Este entrañable personaje, que conquistó los corazones de todos con su humor, sigue vivo en la memoria colectiva de Tudela y la Ribera gracias al homenaje que anualmente le brinda la Peña Andatu durante las Fiestas de Santa Ana

Primera edición del homenaje del Señor Tomás
photo_camera El primer acto que realizó la Andatu como peña fue el homenaje al Señor Tomás en las fiestas del año 2000 Foto: Facebook Peña Andatu

Uno de los actos más simbólicos y esperados de las Fiestas de Tudela que organiza la Peña Andatu son Las Noches de Humor del Señor Tomás. Este evento, que honra la memoria del entrañable humorista Gerardo Martínez Pérez, más conocido como el Señor Tomás, ha mantenido viva su esencia y legado en el corazón de los tudelanos.

Gerardo Martínez Pérez, nacido en Tudela, se convirtió en una leyenda del humor español de la década de los 80 bajo el nombre artístico de Señor Tomás. Su carrera comenzó en los escenarios locales, donde Martínez, un agente de seguros de la compañía Plus Ultra, mostraba su talento en espectáculos teatrales y musicales. Su gran oportunidad llegó al presentar un festival de jotas en Tudela, donde sus chistes entre actuaciones captaron la atención del público. El evento fue transmitido por Radio Nacional de España desde San Sebastián, y la respuesta de los oyentes fue tan positiva que Martínez fue invitado a actuar en el frontón de Anoeta en octubre de 1980. Así nació el Señor Tomás, un personaje vestido con la típica indumentaria de hortelano ribero, que conquistó escenarios por toda España.

Señor Tomás

Durante su carrera, el Señor Tomás grabó más de 200 chistes en siete cintas de cassette, con las que obtuvo varios discos de oro y platino. Compartió escenario con grandes humoristas como Manolo de Vega, Eugenio, Gila y Arévalo, entre otros. Su carrera, sin embargo, se truncó trágicamente el 31 de diciembre de 1987, cuando falleció en un accidente de tráfico en Pamplona. A pesar de su prematura partida, su figura sigue siendo un referente del humor y una fuente de alegría para todos aquellos que tuvieron el placer de disfrutar de su talento.

Las noches del Señor Tomás: Un legado que continúa

El 29 de julio de 2019, durante las Fiestas de Tudela, se celebró el 20 aniversario del espectáculo Las noches del Señor Tomás, un evento que ha mantenido viva la memoria del humorista. Su hijo, Cochán Martínez, se vistió como el Señor Tomás y subió al escenario para rendir homenaje a su padre. En sus propias palabras, Cochán expresó la emoción y la responsabilidad que sintió al encarnar a su padre, agradeciendo a la Peña Andatu por su esfuerzo en mantener vivo el legado del Señor Tomás. “Creo que ha sido uno de los momentos más emotivos de toda mi vida. Una noche inolvidable”, dijo Cochán, agradeciendo a todos los participantes y a su familia por su apoyo.

Cochán Martínez vestido de su padre Señor Tomás
Cochán Martínez, el día que homenajeó a su padre, junto a Aroa Berrozpe y ‘El Jabonero’

Un lugar en el corazón de Tudela

En 2019, el Ayuntamiento de Tudela decidió dedicar una plaza a Gerardo Martínez Pérez, una iniciativa que se materializó el 28 de julio de 2022, tras los retrasos provocados por la pandemia. La plaza, situada entre la iglesia de San Jorge y la calle Rúa, fue inaugurada ese día en una emotiva ceremonia encabezada por el alcalde Alejandro Toquero y Cochán Martínez. La placa conmemorativa, diseñada por el artista tudelano Jan Díez, muestra la figura del Señor Tomás con su icónica indumentaria. Durante el acto, Toquero destacó que esta plaza representa “la esencia y el humor de Tudela”, mientras que Cochán agradeció el reconocimiento, afirmando que el Señor Tomás “va a ser recordado para siempre en esta plaza”.

La Teba también se acuerda del Señor Tomás

Si hay una peña en Tudela que lleva el humor por bandera, es La Teba. Una peña que también quiso rendir tributo a la figura del Señor Tomás precisamente en la plaza que lleva su nombre, el 27 de mayo del año pasado, junto a la Andatu y otros colectivos de Tudela como el Coro Shinjiru y la Orden del Volatín. La jornada comenzó con un pasacalles liderado por el grupo musical Los Tunantes de La Teba y el cómico Luis González ‘El Jabonero’.

Acto recuerdo al Señor Tomás
Los Tunantes de La Teba recordando al Señor Tomás en la plaza que lleva su nombre

Este homenaje se caracterizó por su carácter inclusivo y popular, demostrando el profundo afecto y admiración que Tudela y la Ribera sigue teniendo por el Señor Tomás. La participación de la humorista murchantina Aroa Berrozpe, así como de numerosos vecinos y visitantes, subrayó la relevancia de mantener viva la memoria de este personaje tan querido.

Un humor que trasciende el tiempo

Parte del encanto duradero del Señor Tomás reside en su habilidad para hacer reír a personas de todas las edades. Sus chistes, cargados de ingenio y buen humor, se han convertido en parte del folclore ribero. 

A continuación, se presentan algunos de los chistes más populares del Señor Tomás, que han arrancado risas a varias generaciones y continúan siendo recordados con cariño:

Perdido en Madrid

Una vez fuimos a Madrid con mi amigo Benito, que es un poco despistado. Resulta que estaba llamando a la central para preguntar a qué hora abrían el bar. Le dijeron que a las 9 de la mañana, pero él seguía llamando cada poco tiempo para hacer la misma pregunta. ¡Se había quedado encerrado ahí dentro!

Entrando en un bar

Otro día me lo llevé a un bar que tenía una puerta giratoria. Entró, pidió un clarete, lo bebió y salió. Pero cada vez que salía, entraba otra persona por la puerta, daba la vuelta a la puerta giratoria y lo metía otra vez adentro. Después de varias rondas, preguntó: “¿Todos los bares de Madrid son del mismo dueño o qué?

El restaurante de Londres

Un amigo mío, que fue una vez a Londres, y se metió en un restaurante, y claro, de inglés no tenía ni puñetera idea. Le sacan la carta, empieza a leer de lo primero que había. “Sáqueme ustedes todo”, le dice al camarero, enseñándole con el dedo en la carta.

Van y le sacan un plato de sopa, ¡con la manía que le tiene! Entonces llama otra vez al camarero y le vuelven a sacar otro plato de sopa. Distinta, pero sopa. Llama otra vez al camarero. Y entonces coge la carta y le enseña con el dedo de lo último que había: “A ver, la última rayica, sáqueme de esto”. Y le sacan una copa de coñac. Y dice “Me cago en los ingleses, vaya comidica de pichorradas. Ya no vengo más a Londres”.

Lo cual que resulta que había un metre que era de Caparroso y se da cuenta y dice: 

- ¿Usted es español?

- ¡Sí, señor!

- Yo también.

- Ah, pues mucho gusto.

- Ya me he dado cuenta que se ha equivocado usted, que ha metido la pata.

- ¿Cómo que me he equivocado? No, no, el que se ha equivocado es usted. Yo como en Pamplona, mis dos sopicas y mi copica de coñac.

El corral del amigo

Fui a visitar a un amigo que tenía un corral con animalicos. Me mostraba sus conejicos y gallinas, cuando noté que uno de los cerdos tenía una pata de palo. Le pregunté qué le pasaba y me dijo que se lo estaban comiendo poco a poco.

El cementerio

Un pueblo de la Ribera decidió hacer un cementerio en un olivar donado por un hombre que nunca cosechaba aceitunas porque los vecinos se las robaban siempre. Al inaugurarlo, el hombrecico dijo “Queridos conciudadanos, todos poco más o menos habéis comido olivas de este olivar. Lo que no podíais imaginar es que ibais a tener que venir aquí a dejar los huesos”.

En la farmacia

Estaban en una farmacia unos cuantos esperando y a uno se le escapa un pedo y para disimular empieza a leer los frascos:

- Ácido nítrico, ácido sulfúrico, ácido tartárico...

Y había allá un andaluz:

- Ácido usted un marrano.

...Y en el ascensor

Subía en un ascensor una señora mucho bien vestida con un abrigo de pieles y entra uno de campo de la Ribera y a éste se le escapa un pedo. Y la señora empieza:

- Oiga, ¿usted se ha pedido, eh? 

- Coño, claro que me he pedido, a ver si le parece que huelo siempre así. 

El ahogado

Uno que pasaba por el puente del Ebro y oye:

- ¡Socorro, que me ahogo!

- ¿Qué pasa?

- ¡Que me estoy ahogando, echa una cuerda!

- ¿Dónde trabajas tú?

- ¡Que dónde trabajo, ni que pichorras! ¡Echa una cuerda, que me estoy ahogando!

- Pues primero dime dónde trabajas.

- En la azucarera.

- Pues espera que ahora vuelvo.

Va corriendo a la azucarera y dice:

- Buenas. Vengo a por puesto de trabajo de uno que se ha ahogado en el Ebro

Y le dice el capataz:

- Pues lo siento, pero no se lo podemos dar porque se lo hemos dado a otro ya.

- ¿Ah sí?, ¿a quién pues?

- ¡Al que lo ha empujau!

En el monte Sinaí

En vida de nuestro Señor Jesucristo, un día les dice a los apóstoles: 

- Hijos míos, este mundo está perdido. Hay que hacer penitencia a ver si lo salvamos. Así que mira, vamos a subir todos al monte Sinaí haciendo penitencia. Así que cada coja una piedra y para arriba. Cuanto más grande sea la piedra, más grande será la recompensa y más grande será el sacrificio por lo que hacemos. 

Así que cogen todos los apóstoles unos pedruscos que pa qué. Va Judas y coge una piedra pequeñica y cuando llegan arriba del monte dice Jesucristo: 

- Habéis hecho bien penitencia, esto merece una recompensa, voy a hacer un milagro. 

Y las piedras se convierten en bocadillos. Y los apóstoles con cada bocadillo… y Judas con uno chiquitico chiquitico: 

- Este hombre paice que me tiene manía, oye. 

Con que al día siguiente dice otra vez Jesucristo que tiene que hacer más penitencia. Y entonces Judas coge una piedra gorda, la más gorda que había. Iba esriñonadico que no podía más y tira la pierda: 

- Ala, ahora a esperar el milagro.- Y dice el Señor: - ¿Qué milagro? Hoy no hay milagro. 

Y le dice San Juan a Judas:

- ¡Madreeee! ¡No me extraña que lo vendas!

Luna de miel

Tres matrimonios que eran mucho amigos, hacen el viaje de novios juntos y van al mismo hotel.

Por la mañana baja uno por una escalera, baja el otro por la otra, y dice:

-  ¿Qué tal?

- Mal, mucho mal.

- ¿Qué te ha pasado? 

- Meca, que mi mujer, que estaba siempre metida en misa, que si era pecao, que si era no sé qué, total que nada. ¿Y tú qué dices mal también?

- Sí, mal también. Ya sabes que estaba siempre mi mujer, que si la acción católica, que si la vigilia, que si la carne… Vamos, que nada tampoco.

- Vaya plan. Oye, ¿qué pasa con el Manolico que no baja?

Suben los dos y estaba Manolo en un sofá con unas ojeras… con toda la cara flaca, muy delgadico.

- ¿Qué ta’pasau Manolo? 

- Que estoy mucho mal.

- ¿También tú?,  ¿qué te ha pasado pues?

- Ya sabes que mi mujer es maestra... Lo hicimos la primera vez y me dijo que “mucho mal”… y me ha hecho repetirlo cien veces.

La petaca del cura

En un pueblo de la Ribera llegó un nuevo cura nuevo. La estación estaba a cuatro kilómetros, así que Juanico, un hombre del pueblo fue a buscarlo con su mula. El cura le preguntó cómo podría agradecerle el gesto. Juanico vio que el cura tenía una petaca de cuero muy bonita y le dijo que le gustaría que se la regalase, pero el cura se negó, ya que era un recuerdo del día que cantó misa.

A lo largo del camino, Juanico insistió varias veces en que le gustaría tener la petaca, pero el cura siempre se negaba, diciendo que era un recuerdo de su familia. Finalmente, Juanico se enfadó y le exigió la petaca. El cura, cansado de las insistencias, se la dio.

Al llegar al pueblo, el cura comenzó a confesar a los feligreses. Una chica le contó que tenía novio y que ella estaba intentando resistirse a sus avances. Cuando el cura le preguntó quién era su novio y ella respondió que era Juanico, el cura le dijo: “pues date por jodida”.

Ya llegan las Fiestas

Llegaban las Fiestas y le dice el hijo al padre:

- Padreeee… que quiero un traje claro.

Y el padre ni caso.

- Padreeee… que quiero un traje claro.

Y otra vez: 

- Padreeee… que quiero un traje claro.

- Pues no se me pasa por los cojones, ¿lo quieres más claro?